La tierra conquense es una de las mejores despensas del mundo. No hay ninguna duda y prueba de ello es que en esta provincia se encuentran productos de una altísima calidad, como son los ajos morados, el queso manchego, el cordero, el azafrán, los huevos ecológicos, el vino o el aceite, entre muchos otros alimentos autóctonos, que evidentemente no pueden faltar en ninguna mesa.
Cabe destacar que en Cuenca se come y se tapea muy bien y la gran razón de ello es el espléndido trabajo que realiza día tras día la hostelería local, que no de deja sorprender tanto a comensales locales como a todos los turistas que llegan hasta aquí.
El cliente puede llevarse a la boca no solo un trocito de carne o pescado, que suele ser lo más recurrente, sino un sinfín de ingredientes. Y es que no es casualidad que Cuenca cuente con una despensa de calidad, que se traduce además
en una labor encomiable entre los fogones. Ambas partes permiten a los cocineros de esta tierra elaborar exquisitos manjares. Esta mezcla perfecta entre los productos de la tierra y la excelente mano de obra atrae cada año a miles turistas nacionales e internacionales, que fijan Cuenca como el destino preferido. La capital conquense ofrece un sinfín de oportunidades culinarias que enamoran a cualquier viajero. Ya no sólo por los distintos aromas y sabores que desprendes su platos, sino también por sus trabajadas recetas, que están elaboradas precisamente con productos de la tierra.
AÑO ESPECIAL. Este año es especial. Cuenca es la Capital Española de la Gastronomía 2023. Este título no recae en la ciudad por arte de magia, sino por una serie de recursos y tesoros que atrapan y cautivan a cualquier comensal. El visitante
tiene la oportunidad de emprender un viaje mágico a través del morteruelo, los zarajos y el ajoarriero, que son las señas de identidad de un larga lista de manjares. Las migas con huevo o el gazpacho pastor son otras dos opciones imprescindibles
que no dejan a nadie indiferente. Para rematar la faena, el alajú acaparará toda la atención de la mesa.
Este postre de origen árabe elaborado con almendra y miel pondrán la guinda perfecta a la velada. Como para chuparse los dedos, vaya. Y es que comer en Cuenca es una experiencia incomparables gracias a la amplia variedad de restaurantes y bares ubicados en cada rincón de esta ciudad. El trabajo de sus gerentes es especial y la atención que brindan no es menor. En ellos se guardan, como oro en paño, recetas únicas en el mundo, actualizadas además por chefs que en sus creaciones miman y cuidan hasta el último detalle. El trabajo y éxito de los cocineros locales no deja de crecer y de ahí que la cocina conquense acapare la atención de los viajeros. Que la capital ostente el reconocimiento nacional se debe en gran parte al exquisito trato que tienen los profesionales con la cocina tradicional y vanguardista. Los próximos meses serán muy especiales y deliciosos en Cuenca.
El turista tendrá la oportunidad de disfrutar de numerosas actividades, eventos, citas y veladas culinarias en unos escenarios inimaginables. Y es que el título de capitalidad gastronómica hace crecer aún más las llamas de los fogones conquenses, que arden sin cesar para encandilar a cualquier paladar. Todo con un verano muy intenso y plagado de eventos. En julio, además de conmemorar la Semana de la Tapa y de celebrar un curso de verano gastronómico en la Universidad, las buenas temperaturas ayudarán a llevar a cabo una degustación nocturna, el encuentro de Estrellas Michelin como destino
Starlight y los conciertos de A cielo abierto acompañados de tapas y aperitivos. Ya en agosto, será turno
del deporte, con una jornada saludable acuática en el Júcar, un evento sobre el producto de huerta y un
duelo de chefs.
Despediremos el verano con un congreso de cocina saludable, ya en septiembre, además de con un homenaje al vino y la Ruta Comer en vaso. Aprovechando las circunstancias, en la feria de Naturama se otorgará más peso si cabe a los productos gastronómicos conquenses, mientras que las fiestas de San Mateo ahondarán en las raíces culinarias de la celebración, con una nueva categoría dentro del tradicional concurso de gachas: el bocata más original. La recta final del año servirá para poner en valor la rica cocina micológica conquense, metidos en octubre, protagonista además del festival de otoño y la Gastronomía, que tomará las calles de Cuenca.En noviembre habrá espacio para La cocina trufera, para la Ruta del Puchero y para la entrega del premio gastronómico Cuenca Abstracta. Sin olvidar una jornada de homenaje a las ciudades que están hermanadas con Cuenca como evento de concordia y enriquecimiento gastronómico mutuo. Diciembre vendrá marcado
por la solidaridad, tanto en forma de chocolatada para el Banco de Alimentos como en un menú solidario de Nochebuena. Mes en que el diremos adiós para siempre a la Capitalidad visitando también la fiesta de El Vítor en Horcajo de Santiago. (Fuente: MANU REINA; TRIBUNA CIUDAD REAL)