Sencillez y claridad han caracterizado los mensajes lanzados por el prestigioso restaurador Ferran Adrià durante su intervención en el Ayuntamiento de Cuenca antes de recibir el premio por su apoyo a las Capitales Españolas de la Gastronomía.

El impulsor del restaurante El Bulli y uno de los fenómenos mediáticos vinculados a la gastronomía ha recibido, en el salón de plenos del Ayuntamiento, de manos del presidente de la entidad organizadora de la Capital Española de la Gastronomía, Mariano Palacín, una galardón por su apoyo a este ‘título’. Previamente, ha sido obsequiado con una cerámica del artista conquense Luis Castillo por parte del alcalde, Darío Dolz. El acto ha contado con la presencia de la directora Territorio Centro de Telefónica, Beatriz Herranz, así como una amplia representación de la sociedad conquense y del sector de la restauración.

Adriá ha reivindicado el peso social y económico del sector de la restauración así como de la necesidad de mantener una actitud innovadora que ayude a avanzar. En este sentido, ha indicado que «soñar a lo grande es posible y ahí tenemos la referencia de El Bulli y Rosas ¿Por qué no en Cuenca? Más que la innovación, lo más importante es ser valiente. Nosotros hemos hecho el Museo de El Bulli, el primer museo de un restaurante en el mundo, en una ciudad de 20.000 personas, que es Rosas. Somos pequeñitos, somos pocos habitantes… me da igual. El Bulli puso a Rosas en el mundo mundial».

¿Qué pasaría si todos los cocineros deciden un día ponerse en huelga»

El chef ha puesto de relieve la importancia que ha adquirido el sector de la restauración en la economía mundial. «¿Por qué damos tanta importancia a un cocinero?. Si se pusieran en huelga un día todos los cocineros de este país… ¿Saben lo que supondría? El PIB español caería un 33%. Estamos en un momento de cambio de discurso sobre la cocina. Es un tema muy importante desde el punto de vista de la actividad económica».

Ferran Adrià ha dado la ‘receta’ para favorecer el éxito de un negocio con cuatro ‘ingredientes’ básicos: calidad, gestión, actitud innovadora y estudio. «Los sueños son posibles con estos cuatro elementos. Son sinónimo del 90% como mínimo del éxito de una pequeña empresa. Es fundamental también diseñar una estrategia y cambiar hábitos porque, por ejemplo, el 90% de las empresas no hacen un presupuesto» y el 50% de las pymes no dura más de cinco años».