La publicación digital «Catalunyapress.cat», en lengua catalana y a través de la firma de su colaborador habitual Pablo Ignacio de Dalmases, repasa la actualidad turística generada por el nuevo ciclo de Capital Española de la Gastronomía 2023. Por su interés, traducimos el texto del catalán:
Con el inicio del nuevo año 2023 Cuenca toma el relevo de Sanlúcar de Barrameda en la capitalidad española de la gastronomía, lo que le confiere un indudable protagonismo en uno de los aspectos más valorados de nuestro país: el patrimonio culinario.
Asentada entre las Hoces de los ríos Júcar y Huécar, la ciudad de Cuenca ha ido configurando su estructura urbana desde la lejana Edad Media. En efecto, su privilegiada situación hizo que fuera sucesivamente almorávide, almohade y, por fin y gracias a los esfuerzos de Alfonso VIII, de nuevo cristiana. Todo esto se ha reflejado en su arquitectura religiosa y civil, que invita al recorrido sosegado y placentero.
Destacan en Cuenca su catedral, de estilo gótico-primitivo con adherencias posteriores y una capilla mayor con altar neoclásico de Ventura Rodríguez, donde se conservan los restos de San Julián en arca de plata; los alrededores palacio episcopal y museo diocesano de arte sacro; la iglesia de San Miguel, de finales del siglo XIII, reformada en el XVIII, sede habitual de conciertos y actos culturales; la iglesia de San Pedro, de origen románico, planta octogonal en el exterior y circular en el interior, con portada barroca y artesonado interior mudéjar, situada en la Plaza del Trabuco; el Ayuntamiento, con fachada barroca y una arcada que da acceso a la plaza Mayor; la antigua casa del Abad; la Torre Mangana, el castillo y antigua cárcel y otros conventos e iglesias.
Párrafo aparte merecen las casas colgadas, de origen gótico popular, que antiguamente jalonaban la fachada urbana del río Huécar y de las que sólo quedan tres restauradas, con fachada exterior renacentista, donde se asienta un museo de arte abstracto. Y en la vertiente que da sobre el Júcar, la ermita de la Virgen de las Angustias, pequeño edificio del siglo XVIII.
En Cuenca adquiere especial relieve la Semana Santa que tiene antecedentes medievales, aunque las procesiones datan del XVII. Se inician el Domingo de Ramos, sigue el Martes Santo con la procesión del Perdón, Miércoles con la del Silencio, el Jueves Santo con la de la Paz y Caridad, Viernes, las del Camino del Calvario, Jesús en el Calvario y el Santo Entierro y el Domingo de Pascua, con la de Jesús Resucitado. Participan nazarenos, banceros, bandas de música y, en la madrugada del viernes, las llamadas “turbas”.
En el transcurso se la próxima edición de FITUR tendrá lugar el relevo de Sanlúcar de Barrameda y la proclamación de Cuenca como capital española de la gastronomía, acto que dará pie al inicio de un amplio programa de actividades, celebraciones y eventos gastronómicos que permitirán poner de relieve la extraordinaria oferta de restaurantes, mesones, figones y demás establecimientos culinarios que ofrece la ciudad y descubrir algunas de sus más acreditadas especialidades.
Así el morteruelo, guiso elaborado con hígado y carnes de caza menor; el atascaburras o ajoarriero manchego, que se prepara con bacalao, patatas, pan rallado y ajo; los zarajos, una tapa a base de tripa de cordero rellena; el gazpacho de pastor, que incluye perdiz, liebre o conejo, codillo y gallina y se adorna con pasas, aceitunas o uvas; y como postre, el alajú, una torta entre obleas considerada precursora de los turrones y confeccionada con almendras, miel y pan. Todo ello culminado con una copia del delicioso resolí, licor que evoca sabores a café y anís.