DE PASEO POR LA PROVINCIA

La postal de Cuenca quedaría incompleta, si no girarámos una vuelta por la provincia. Allí descubriremos secretos que sólo la arqueología es capaz de desvelar; castillos para acercarnos con la vista puesta en el horizonte; naturaleza explosiva en forma de pinares, fauna y ríos en la Serranía; turismo de naturaleza y aventura para los más atrevidos. Una completa oferta turística de la Diputación de Cuenca, que a través del área de Patrimonio, Desarrollo Provincial, Turismo y Artesanía, dirigida por el diputado Miguel Angel Valero Tévar, está poniendo en valor el importante patrimonio natural y arqueológico de la provincia de Cuenca.

LA RUTA DE LOS CASTILLOS

El castillo es una construcción, mayoritariamente de origen medieval, dedicada a fines militares con misiones de defensa, cercada por altas murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones castrenses. Su proliferación en algunos territorios llegó a dar nombre a la región. Destacamos 5 brillantes ejemplos de la Comunidad de Castilla-La Mancha por las que aconsejamos perderse.

Alarcón. Auténtica fortaleza medieval cuya fundación se atribuye al rey Alfonso VIII, según la Crónica del Rey Sabio, en el siglo XII. Posteriormente, durante el Renacimiento, fue reformado por el Infante don Juan Manuel y el Marqués de Villena, especialmente.
El castillo tiene planta cuadrada, rodeado por un doble recinto defensivo, del que cabe destacar la Torre del Homenaje, de aspecto renacentista, con almenas rematadas en punta de flecha.
Se trata, en general, de una fortificación de forma irregular, de gran volumen, unida por la propia piedra al resto de la muralla y fortificaciones de la ciudad, constituyendo en conjunto la base de todo el sistema defensivo de Alarcón.

Belmonte. Se trata de un castillo privado, que fue restaurado y convertido en museo, apreciando su origen renacentista y las reformas del siglo XIX encargadas por Eugenia de  Montijo, emperatriz de Francia.
El recinto exterior del castillo, amurallado y pentagonal, se une a las murallas que descienden hasta Belmonte. En la puerta de acceso encontramos una portada gótica. La planta del castillo es muy peculiar, denominada de «estructura atenazada», construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en dos de sus lados, y en el otro, la torre del homenaje; triángulo que, mediante la barrera exterior, se convierte en polígono de nueve lados con torreones en los vértices.
En el interior se conservan habitaciones, galerías, la capilla, y varios arcos. Algunos de estos elementos son originales y otros forman parte de las reformas del siglo XIX, en estilo neogótico.
Su planta única y su interior palaciego, decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías, hacen de este castillo uno de los más emblemáticos de España.
En el mes de mayo/junio se realizan las Jornadas de Recreación histórica en el Castillo, que permiten ver la vida Guerreros, artesanos, médicos, monjes, señores o campesinos. No se trata de actores disfrazados, son auténticos especialistas en Historia Viva y emplean ropa completamente real.
Un castillo enorme, por sus dimensiones y su historia. A cien metros de altura sobre la población, y con un recinto de más de doscientos metros de largo. Está datado en el s. X, en su origen una fortaleza islámica.

Enguidanos. La restauración nos permite disfrutar de esta fortaleza en casi todo su esplendor, formando un castillo a caballo entre el estilo gótico y el renacentista. Accederemos por su puerta norte, con arco de medio punto sobre la entrada. La muralla conserva tres torres reforzando las esquinas. La torre principal tiene forma de D, semicircular por el exterior y plana en el interior. Si observamos el perímetro, las torres asoman por fuera de la muralla en semicírculo: la razón es que así resistían mejor los cañonazos, frente a la torre de planta cuadrada medieval, cuando aún no se usaba la pólvora.
Durante los siglos XIV y XV se le dotó de su aspecto actual, elevando la torre principal para cumplir funciones de vigía. Acceso libre. (Fuente: Dirección General de Turismo de CLM y Área de Turismo de Diputación de Cuenca)

Cañete. Entre sus ruinas encontraremos cuatro recintos sucesivos, desde el acceso. El área más exterior estuvo destinada a refugio de la población. Los recintos interiores se dedicaron a uso residencial y almacenamiento.
En algunos lugares, los muros alcanzan los veinte metros de anchura, fruto de reformas posteriores. Una de la más importante fue la del siglo XV, que adaptó la fortaleza medieval al uso de artillería, haciéndola más resistente a los cañones. Durante las guerras carlistas, el castillo sufrió una profunda transformación, destinada a reconvertirlo en fuerte artillero.
La muralla de la población es de origen califal, con reformas cristianas. La Puerta de las Eras tiene un arco de herradura propio del arte islámico. Se llega desde el mismo pueblo, y el acceso es libre

Castillo de Torrefuerte. Situado en el término municipal de  Salvacañete, a 30 Km del Castillo de Moya, se encuentra el Castillo de Torrefuerte. Una fortaleza del Siglo XIII en forma de D y rodeada de 8 torreones circulares. La puerta de acceso principal cuenta con un arco románico de medio punto, y en el interior del patio de armas alberga una serie de viviendas adosadas a la muralla.
En
Salvacañete también podemos encontrar un accidente montañoso, la cruz de los tres reinos, un pico de 1560 metros de altitud, enclave que limita con Castilla, Valencia y Aragón.
Enguidanos. La restauración nos permite disfrutar de esta fortaleza en casi todo su esplendor, formando un castillo a caballo entre el estilo gótico y el renacentista. Accederemos por su puerta norte, con arco de medio punto sobre la entrada. La muralla conserva tres torres reforzando las esquinas. La torre principal tiene forma de D, semicircular por el exterior y plana en el interior. Si observamos el perímetro, las torres asoman por fuera de la muralla en semicírculo: la razón es que así resistían mejor los cañonazos, frente a la torre de planta cuadrada medieval, cuando aún no se usaba la pólvora.
Durante los siglos XIV y XV se le dotó de su aspecto actual, elevando la torre principal para cumplir funciones de vigía. Acceso libre. (Fuente: Dirección General de Turismo de CLM y Área de Turismo de Diputación de Cuenca)

LA RUTA DE LOS DINOSAURIOS

Cuenca tiene el privilegio de contar con dos de los yacimientos de dinosaurios más importantes del panorama paleontológico europeo: Las Hoyas y Lo Hueco. Además de permitir al visitante realizar un recorrido por la historia de los ecosistemas con dinosaurios de la península ibérica, estos yacimientos le ofrecerán la posibilidad de moverse por algunos de los entornos más característicos del paisaje natural de la provincia. La ruta de los dinosaurios está formada por un conjunto de dotaciones museográficas distribuidas a lo largo del territorio que permiten a todo tipo de público entender una parte importante del contexto paleontológico de la península.
El yacimiento de Las Hoyas (La Cierva, Cuenca) está consagrado como una referencia internacional sobre el Cretácico Inferior. Lo Hueco, en Fuentes, ha proporcionado una gran colección de peces, tortugas, lagartos, cocodrilos y dinosaurios de hace unos 75 millones de años, durante el Cretácico Superior. Los fósiles más característicos son los esqueletos parcialmente articulados de grandes saurópodos.

LA RUTA DEL MIMBRE

A caballo entre la Alcarria y la Serranía conquense se abre ante los ojos del viajero un paisaje rojizo dominado por el mimbre con tonos verdes propios de la oliva. Valdeolivas, vinculada al cultivo y cosecha de la oliva verdeja, y Priego, cuna del mimbre y la artesanía, se erigen como focos principales de esta ruta. A 72 km de la capital conquense, la majestuosidad del Pantocrátor que preside desde el ábside la iglesia parroquial de la Asunción de Valdeolivas alimenta el alma del viajero que llega hasta ella.
Priego, por su parte, destaca por el espectacular paraje que se extiende en el Estrecho de Priego y construcciones como el Palacio de los Condes de Priego del siglo XVI. A camino entre una y otra localidad, el visitante puede descubrir bellezas conquenses donde predomina la artesanía y construcciones curiosas como las cuevas-bodega o los «chozos» de Villaconejos de Trabaque.

LA MANCHUELA

Un recorrido que empieza y termina en la naturaleza, dejando ver entremedias espectaculares construcciones y monumentos de nuestro patrimonio histórico-artístico. Empieza la andadura del viajero por las Hoces del Cabriel, un paraje que sobrecoge por su belleza y valor ambiental y que solo en su parte conquense constituye una reserva natural de más de 1600 hectáreas. Y finaliza con un paisaje lleno de cascadas y balsas como «La Chorreras», en el término municipal de Enguídanos.
A lo largo del camino que une estos dos patrimonios naturales, el visitante recorre enclaves como Minglanilla y el primer castillo de nueva planta edificado en España en el siglo XXI; Iniesta y su histórica Ermita de la Concepción; Villanueva de la Jara y su Basílica de Nuestra Señora de la Asunción; Motilla del Palancar; Campillo de Altobuey; y Paracuello de La Vega y su fortaleza de origen musulmán.

LA CIUDAD ENCANTADA

La Ciudad Encantada es uno de los destinos más conocidos de Cuenca, milagro esculpido gracias a la erosión a lo largo de 90 millones de años. Está situada en la localidad de Valdecabras, en el corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y rodeada de inmensos pinares
El viajero verá formas mágicas y sinuosas en la roca calcárea, que evocan siluetas reconocibles de animales, personas y objetos. Es un lugar muy visitado, singular y pintoresco y que ha sido escenario de grandes producciones audiovisuales a nivel internacional. La Ciudad Encantada formaba parte del fondo del mar de Thetis, se trataba de aguas tranquilas, lo que propició la deposición de sales, en especial de carbonato cálcico. Al final del Cretácico y como consecuencia de la orogenia alpina, el mar se retiró y el lecho marino, compuesto de piedra caliza, emergió a la superficie. Miles de años de acción del agua, del viento y el hielo hacen que hoy sea un espectáculo de piedra y luces, abierto a la fantasía del espectador para dejar correr la imaginación.
Su emblema y forma más conocida es el Tormo alto, donde cuenta la leyenda que fue incinerado Viriato, el líder hispano. El mar de piedra, los barcos, el puente romano, la cara del hombre o el convento son otros nombres de formas excepcionales que el visitante descubrirá.

RUTAS ARQUEOLÓGICAS

Segobriga. El yacimiento arqueológico de Segobriga, en Saelices (a 50 min.), es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España. La monumentalidad de sus restos excavados, donde están presentes todos los edificios públicos, referentes esenciales de la arquitectura romana, ha convertido a Segobriga en un yacimiento singular para entender las características urbanas de este período al no contar con ninguna ciudad actual superpuesta. A destacar el teatro de Segobriga que llegó a acoger a 2.000 espectadores y donde se representaron las comedias de Plauto y las tragedias de Terencio. También las competiciones en un estadio de carreras de cuadrigas, un teatro, un estadio. Al aire libre se pueden recorrer los restos del acueducto, la necrópolis, la basílica visigoda, el circo, el teatro o el anfiteatro.

Ercávica. Situado en  en Cañaveruelas, nos muestra un perfecto ejemplo de ciudad hispano-romana. Entre las excavaciones, los elementos típicos de las estructuras civiles del imperio como termas, aljibes y parte de una basílica nos sumergen en esa Roma que nos pertenece. La casa romana está representada por Domus Aterrazada, magnífica por sus dimensiones y la estructura de sus dependencias, que incluye la Casa del Médico, dos casas con un patio rodeado de columnas y de grandes dimensiones, donde se puede disfrutar de la visión de los restos de pinturas murales bien conservados, y es una muestra singular dentro de las representaciones hispanas. Destaca también el trazado urbanístico y su tramado octogonal que forman las manzanas regulares. En varios puntos del perímetro de la ciudad se han descubierto tramos bien conservados de la muralla urbana, además de dos torres monumentales, siendo una de ellas la que formaba la Puerta Sur. Este conjunto de la muralla constituye uno de los pocos ejemplos de la arquitectura defensiva romana de Hispania que datan del siglo I a.C.

Noheda. El yacimiento de Noheda, una villa romana de los siglos I a.C.-VI d. C., está situado en la parte central de la Península Ibérica a apenas 18 kilómetros de la ciudad de Cuenca. Está además próximo a las ciudades de Segóbriga (58 km), Ercávica (44,5 km) y Valeria (43,5 km).

Se localiza a escasos 500 metros al noroeste de la pedanía de Noheda, de la cual toma su nombre, perteneciente al municipio conquense de Villar de Domingo García; en un terreno en ligera pendiente delimitado al Sur por el arroyo Chillarón, mientras que al Norte se ubica el cerro de la Cuesta de las Herrerías.

Conocido internacionalmente por albergar el mosaico figurativo más espectacular de todo el Imperio, este yacimiento arqueológico está compuesto por restos inmuebles de una villa romana, habiéndose documentado varias habitaciones de lo que sería parte del edificio suntuario del complejo rural tardorromano.

Valeria. Una elevación del terreno entre los ríos Gritos y Zahorra domina el paisaje de la meseta conquense. Este fue el lugar que los romanos eligieron para edificar Valeria que se nos muestra como una joya de la estructura urbanística hispano-romana. En ella se observan todos los elementos esenciales de la planificación romana.

Bien comunicada con Ercávica y Segóbriga a través de la vía Complutum a Cartago Nova, es también un ejemplo de ingeniería con su perfecto tramado para la provisión de aguas, acueductos que adaptados al trazado o excavados vertían a aljibes, y como estrella del conjunto, el Ninfeo, una fuente monumental con dependencias construidas a uno de sus costados, talleres y tiendas.Valeria es en fin, la ciudad donde Roma aflora en su esplendor de estructura, arquitectura, comunicación e ingeniería en este lugar privilegiado de Castilla, visita indispensable y deleite para el viajero.